El mejor invento humano
(…)esa tradición de rechazo a la ciudad es una visión intelectual, pero no va en serio. Los que se van afuera no es que sean antiurbanos; es porque no encuentran viviendas a un precio asequible. Claro, además están en contacto con la naturaleza, y todo eso que se relaciona con las estrategias de marketing de los promotores para vender esas parcelas. Sin duda esto tiene ventajas, pero también inconvenientes. Yo estoy absolutamente en contra de ello, porque contribuye a aumentar el coste social de la urbanización. Hay toda una ideología muy individualista, muy aislacionista, de irse a la naturaleza sin tomar en cuenta el costo social y económico de esa urbanización, para vivir de modo muy atomizado… y la tradición de la ciudad compacta, donde uno puede bajar a utilizar un equipamiento, hablar más fácilmente, andar de noche, volver en taxi sin prever qué hacer, todo eso tiene una ventaja considerable. Creo que muchos de los que se van quieren vivir en la ciudad, pero no pueden.
-Horacio Capel