jueves, 7 de junio de 2012

Pautas para el diseño de parques urbanos

Escribía Jane Jacobs que, dentro del hecho urbano, cabía la posibilidad de que ciertas cualidades en el diseño marcasen alguna diferencia.

Por ejemplo, destacaba cuatro características básicas en el diseño de parques exitosos "básicos", es decir, destinados a un uso intenso por parte de un público general:
  1. Carácter intrincado
  2. Centro
  3. Recoletos
  4. Sol

Parque Miraflores Oeiras Portugal
Wikimedia Commons
Jardin Les Prairies, Parc de Bercy, Paris
Wikimedia Commons









 
Como dicho así no tiene mucho sentido, estas cuatro claves de éxito en el diseño de un parque se describen a continuación:

1. Intrincados. La importancia de esta característica, según Jacobs, radica en la casi infinita variedad de motivos por los cuales una persona puede ir al parque a lo largo de las distintas horas de un día.

Por ello, destaca las diferencias de diseño que compliquen la perspectiva -que la hagan atractiva- frente a las monótonas repeticiones que el ojo va a desechar.
"Si el conjunto se capta de un vistazo, como un buen póster, si todos los sitios del parque son exactamente iguales, y si el usuario se siente más o menos igual en un sitio que en otro cualquiera de ese parque, entonces éste ofrece pocos estímulos para todos estos usos y emociones. No habrá muchas razones para volver."

2. Centrados. Podemos considerar esta característica la más importante para lograr un buen parque con éxito; teniendo en cuenta en todo momento que todos y cada uno de estos puntos son necesarios, es decir, que poco valor tiene la centralidad sin el carácter intrincado.

Con centro de un parque hablamos de alguna parte del mismo, por muy pequeño que éste sea, que se considere un clímax en él (un lugar de descanso, un estanque, una placita).

Esto es difícil de conseguir en los parques diseñados en forma de tira, con "pabellones de recreo, ocio o descanso" idénticos plantados en intervalos a lo largo (como el parque situado bajo el puente en la foto del post anterior o más de uno de los diseñados a lo largo de líneas de costa). Jacobs considera que los mejores centros son más escenarios que otra cosa para la gente.
"Los usuarios de los parques no buscan sólamente un marco adecuado para sus casas, sino también un marco para ellos mismos. Para los usuarios, el parque es el primer plano y los edificios el fondo, y no al revés."

3.  Recoletos. Los parques con éxito presentan un descanso amable del, en ocasiones hostil asfalto, unido al carácter intrincado y centrado en su diseño. Por ello, la presencia de edificios alrededor le protegen a su vez, ya que le dan el aspecto de ser algo muy importante para el escenario urbano, no sólo un espacio sobrante que se ha llenado de verde -en el mejor de los casos-.

Y tanto más importancia cobra si estos edificios o calles que acotan al parque proporcionan diversidad y vida.


4. Soleados. Quizás en los lugares que conoció Jacobs en su día a día el sol era un bien escaso a lo largo del año y, por eso, celebrado. Ella alababa la bendicion de tener un parque soleado -con sombra para el verano, por supuesto-.

Sin embargo, los habitantes de ciertos paralelos geográficos, en los que el sol brilla la mayor parte del año, o de aquellos lugares del planeta sometidos cada vez más a la rigurosidad del sol, argumentarán que lo que buscan principalmente son parques con sombra, con algo de humedad que atempere el rigor climatico, más que planicies soleadas. En cualquier caso, un parque debe ser un disfrute climático dentro de la ciudad. Por eso es importante amar el árbol para entender la ciudad, en cualquier circunstancia.

Lógicamente, insisto, el sol forma parte de los requisitos de un parque logrado, en el sentido de que un edificio alto que se interponga en la trayectoria de los rayos y lo deje en sombras, puede ser su sentencia de muerte.
"La inmensa sombra que proyecta un nuevo y enorme edificio de apartamentos es una eficaz goma de borrar seres humanos."


Por cierto, estas cuatro claves que dio, entre otras, basadas en la observación propia a lo largo de años, alguno las llegó a tratar en su momento de "remedios de mamá Jacobs" con el objetivo de menospreciarlas. Hoy, cincuenta años después, tal vez uno podría pararse a pensar en la vigencia de su obra.

-via Jane Jacobs "Muerte y Vida de las Grandes Ciudades" (traducido por Ángel Abad y Ana Useros).


P.S.: ¿Pensáis que se cumplen estas pautas en el High Line de Nueva York?


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