- Excelente ojo crítico de la cotidianidad urbana el de ciudad pedestre:
Al menos en esta parte del mundo los
vehículos motorizados circulan por el carril de la derecha. Eso implica
que, salvo rarísimas excepciones, cuando la gente espera un bús lo
hace siempre mirando hacia su izquierda, que es por donde la lógica
indica que éste va a aparecer.
La misma lógica indica que, como la
gente no mira al otro lado en estas circunstancias, resulta recomendable
colocar publicidad en la derecha de las paradas de transporte público.
Esto permite financiar su construcción, mantenimiento, etc.
Sin embargo, algún perspicaz
descubrió que la gente esperando transporte colectivo, al dirigir la
mirada hacia su izquierda, no ponía demasiada atención en la publicidad
colocada a la derecha, y que éste era un despilfarro de ojos que nadie
con un poco de visión comercial podría dejar pasar. Resultado: construir
paradas con publicidad a ambos lados, movida maestra que permite,
utilizando la misma infraestructura, duplicar las ganancias.
EL ÚNICO QUE NO GANA CON ESTE ARREGLÍN ES QUIEN ESPERA EL
BÚS –PARA QUIEN SE SUPONE FUE CONSTRUIDA LA PARADA- QUE A CADA RATO DEBE
ASOMARSE HACIA LA CALZADA PARA VER SI VIENE EL VEHÍCULO QUE LO SACARÁ DE AQUEL
CONFINAMIENTO PUBLICITARIO.
El refugio deja de ser tal, ya que no protege del sol, de la lluvia ni del granizo, ni menos de los inescrupulosos que olvidan que en una ciudad respetuosa de sus habitantes es el mobiliario urbano el que da la oportunidad de colocar publicidad, y no al revés.
El refugio deja de ser tal, ya que no protege del sol, de la lluvia ni del granizo, ni menos de los inescrupulosos que olvidan que en una ciudad respetuosa de sus habitantes es el mobiliario urbano el que da la oportunidad de colocar publicidad, y no al revés.
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