sábado, 26 de abril de 2014

Las Ruinas de Metrópolis

 Últimamente, por diversas causas, estamos sumergiéndonos en el concepto de obsolescencia urbana llevada a sus últimas consecuencias, rozando a su apocalipsis.
 Libros como "Aprendiendo de Las Vegas" de Robert Venturi, Steven Izenour y Denise Scott Brown o "Ciudades Muertas" de Mike Davis nos han ayudado a andar ese camino.

 Viajamos a lugares lejanos para contemplar admirados las ruinas de lo que una vez fueron grandes civilizaciones, pero ¿cuáles serán las ruinas contemporáneas?
 ¿Dónde, en nuestro mundo actual, están las ruinas del mañana? ¿Qué lugares fueron grandes y ahora van siendo gradualmente abandonados, desmoronándose poco a poco y dejando indicios de lo que la gente del futuro encontrará e interpretará al cabo de siglos?

 Bien, las grandes ciudades regionales quizás sean los productos más trágicos de la evolución cultural humana en la era Holoceno. De hecho, tan dramáticos en su impacto han sido, que la Sociedad Geográfica de Londres ha tenido que añadir un nuevo estrato a su columna geológica: el Antropoceno, caracterizada por las actividades humanas.

 Con esta importancia sobre el sistema en el cual vivimos, cabe plantearse su futuro material. Más allá de un mero sentimiento morboso, Mike Davis se pregunta en el destacable capítulo final de su libro "Una historia natural":

¿Qué pasaría, por ejemplo, si simplemente borrásemos de la pizarra todas las ecuaciones diferenciales que representan el «trabajo» que hacen los humanos en el medioambiente de la ciudad? ¿Qué quedaría en el lado de la naturaleza? Más aún, ¿qué es la naturaleza urbana «subyacente» sin el control humano? ¿La ciudad sería reivindicada por su ecología original o por otra cosa? 

 No podemos responder completamente, por supuesto, porque pocos expertos forenses han examinado el cadáver de una gran ciudad.

 Sin embargo, forenses urbanos pioneros como el sociólogo Camilo Vergara (y su propuesta de crear un Acrópolis de rascacielos en ruinas en Detroit) o el fotógrafo Juan de la Cruz y su siempre recomendable Abandonalia, han puesto un aparato de observación sobre las ruinas de Metrópolis, investigando en una narrativa que va más allá de una simple colección de imágenes que enseñan el paso del tiempo.


Esta maravillosa ciudad, de la que se cuentan tantas leyendas, era después de todo sólo de ladrillo, y cuando la hiedra creció encima y los árboles y las plantas se extendieron, y por último surgieron las aguas subterráneas, la gran metrópolis fue derrocada enseguida.

Richard Jefferies, "After London, or Wild England", 1886. 


Ver en Google+

Ver una entrada al azar