Se opina desde la teoría que el camino más corto en el espacio público, a diferencia de lo que ocurre en la infraestructura viaria, no es la línea recta sino el camino más bello y menos inseguro.
Esto no es realmente así, si bien es cierto que para calificar la “caminabilidad” de una ruta ésta debe satisfacer unos mínimos de seguridad así como de no-fealdad. Pero interviene también el factor de “seguimiento”, como en la manera en que se desplazan por un territorio las hormigas.
A su paso (accidental o por reconocimiento directo) las hormigas dejan un marcador en el terreno que los individuos que vienen detrás reconocen y siguen. A mayor cantidad de pasadas de individuos (que aumentará exponencialmente cuando la ruta sea óptima en oposición a una ruta peor), mayor será también la cantidad de hormigas que escogerán ese camino y no otro. Por esto vemos filas de hormigas dirigiéndose hacia la comida que dejamos en el parque.
¿Se podría pues sintetizar un Coeficiente de Caminabilidad de una calle, como parte de varios itinerarios? Uno de sus elementos podría ser este factor Vicente, extraído del refranero popular que reza: “¿Dónde va la gente? Donde va Vicente”.
A su paso (accidental o por reconocimiento directo) las hormigas dejan un marcador en el terreno que los individuos que vienen detrás reconocen y siguen. A mayor cantidad de pasadas de individuos (que aumentará exponencialmente cuando la ruta sea óptima en oposición a una ruta peor), mayor será también la cantidad de hormigas que escogerán ese camino y no otro. Por esto vemos filas de hormigas dirigiéndose hacia la comida que dejamos en el parque.
¿Se podría pues sintetizar un Coeficiente de Caminabilidad de una calle, como parte de varios itinerarios? Uno de sus elementos podría ser este factor Vicente, extraído del refranero popular que reza: “¿Dónde va la gente? Donde va Vicente”.
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