martes, 2 de abril de 2013

¿Para qué sirve un espacio natural?

 Los parajes naturales, como los humedales, están ahí entre otras razones como medidas de defensa desarrolladas por la propia naturaleza para defenderse de los desastres puntuales. Si los eliminamos, los perdemos o destruimos su funcionamiento, nada nos protege frente a los -como consecuencia, cada vez más numerosos- desastres ocasionados por los desórdenes climáticos. No son mero paisaje.
 Desde luego, la naturaleza no los puso allí por ser bonitos o para que nos fueran agradables o siquiera útiles a nuestros propósitos. Sólo un ignorante mira un espacio natural y ve sólo paisaje.

 Tenemos un flagrante ejemplo de esta funcionalidad desperdiciada con lo que sucedió en Nueva Orleans y la paulatina desaparición de las marismas, pantanos y llanuras de inundación a lo largo de la costa de Luisiana. Naturales tanques de almacenamiento y diques protectores frente a vientos o crecidas, su desaparición contribuyó a la severidad en el alcance del huracán Katrina.
 O los recientes casos de las islas de Kiribati o Maldivas, un país que con el tiempo quizás haya de ser borrado del mapa por la subida del nivel del mar, que ya era advertida hace tiempo por científicos (los mismos que advierten de los efectos de un cambio climático que, aún hoy, aparece alguno queriéndonos hacer ver que no existe, por la sencilla explicación de que a su terruño no le afecta).

© Jesco Denzel / VISUM
 Podemos pues, llegar a imaginar la cantidad de dinero que Estados Unidos dedica a resolver los problemas que le crean los desórdenes naturales. Y es una de las economías más prolíferas del mundo; el resto tal vez no lo sea.
 Como vemos, las víctimas del cambio climático probablemente procederán del "mundo en desarrollo". En él, tenemos asentamientos precarios en terrenos frágiles o en áreas simplemente no urbanizables, como las laderas escarpadas o las vegas inundables, posteriores víctimas de los desastres provocados por los desórdenes climáticos.
 Construir en los sitios de donde sale la comida no es muy buena idea, tenemos que dejar de hacerlo. Por eso lo urbano siempre ha sido la contraposición de lo rural.


 Si usamos el entrecomillado al referirnos al mundo en desarrollo es porque, en este nuevo escenario de creación de beneficio económico, es difícil decir quién lo está obteniendo a base de consumir lo que tiene (con lo que acabará por gastarlo y no poder disponer de él) y quién realmente lo obtiene a través de la explotación (con lo que podrá seguir haciéndolo).
 Podemos contraponer el modelo de España o Marruecos (en pleno proceso de desertización) al de Brasil o Costa Rica (mis amigos costarricenses me dicen: "una iguana tiene más valor económico viva que si la mato"); simplemente se trata de otra variación del concepto "potencial acumulado" (que lo descubrimos aquí: Stored potential). 

 Como colofón (según explican Neil Smith y Mike Davis en el interesante "Después del neoliberalismo: Ciudades y caos sistémico"), este "mundo en desarrollo" sufrirá el 90% del total de pérdidas económicas mundiales que habrá. Y hasta 29 países en vías de desarrollo perderían el 20% o más de su producción agrícola actual debido al calentamiento global, mientras que la agricultura en el ya rico norte es probable que le suponga una media de un 8% de aumento.

"¿Para qué sirve un espacio natural?"



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